la casa de los hermanitos Cocina propia en la escuela

Cocina propia en la escuela

Tener cocina propia en una escuela infantil de preescolar ofrece varios beneficios, como una mayor flexibilidad para ajustar los menús a las necesidades individuales de los niños, la garantía de alimentos frescos y saludables.

  • Alimentación más saludable y segura:
    • La cocina propia permite el uso de ingredientes frescos y de calidad, minimizando la exposición a conservantes y aditivos artificiales. 
    • Se pueden adaptar los menús a las necesidades de los niños, incluyendo opciones para alergias, intolerancias y preferencias individuales. 
    • La preparación de los alimentos en el día asegura que conserven sus nutrientes y no se pierdan propiedades. 
  • Ajuste a las necesidades individuales:
    • Se pueden crear menús especiales para niños con necesidades nutricionales específicas, como alergias o intolerancias. 
    • Se pueden adaptar las porciones y la textura de los alimentos para satisfacer las necesidades de cada niño. 
    • Se puede proporcionar una mayor flexibilidad para incluir alimentos de temporada y productos locales. 
  • Aprendizaje y desarrollo:
    • Los niños pueden aprender sobre diferentes alimentos, ingredientes y técnicas de cocina. 
    • Se promueve la participación en la preparación de los alimentos, lo que fomenta la independencia, la autonomía y el desarrollo de habilidades motrices finas. 
    • Se pueden incluir clases de cocina como parte del programa educativo, lo que contribuye a la formación de hábitos alimenticios saludables. 
  • Educación en nutrición:
    • Los niños aprenden sobre la importancia de una alimentación equilibrada y la relación entre los alimentos y la salud. 
    • Se les enseña a identificar los diferentes grupos de alimentos y a elegir opciones saludables. 
    • Se les anima a probar nuevos alimentos y a desarrollar un paladar más amplio. 
  • Mayor control y transparencia:
    • La cocina propia permite un mayor control sobre los ingredientes, la preparación y la calidad de los alimentos. 
    • Se puede facilitar una comunicación más directa con las familias sobre los menús y las necesidades alimentarias de los niños. 
    • Se puede promover la transparencia en cuanto a los procesos de preparación y las prácticas de higiene.